El 26 de enero del 2010 fue promulgada la nueva Constitución dominicana. Aunque no fue el producto de una Constituyente, las fuerzas que controlan el poder político produjeron un texto que supera en sustancia y contenido las anteriores leyes sustantivas. No obstante, por la forma en que han sido escogidos los miembros de la Junta Central Electoral y la Cámara de Cuentas, se ha hecho evidente que lo único que interesa a los que tienen el control absoluto del Congreso Nacional es guardar las apariencias y que los nuevos órganos creados por la misma Constitución han sido concebidos para servir los propósitos de Leonel Fernández, no de la nación dominicana.
Cientos de dominicanos con sobrada capacidad profesional, conducta intachable e idóneos para servir el interés público y social con imparcialidad, honestidad e independencia, organizaron sus hojas de vida y asistieron religiosamente a las evaluaciones de sus habilidades.
Los resultados ponen en evidencia que los peledeistas que controlan la Cámara de Diputados sólo cumplen con las apariencias, y que los únicos ciudadanos aptos para ocupar funciones públicas importantes son los que sirven con lealtad perruna los intereses de Leonel Fernández.
El montaje para examinar a los aspirantes a la Cámara de Cuentas constituye una burla a la sociedad dominicana, y una imperdonable tomadura de pelo a profesionales meritorios. Se quedaron los mismos que estababan, a pesar que eran repudiados por todos los sectores vinculados a la lucha contra la megacorrupcion que ha echado raíces en todos los estamentos de la administracion pública.
En cuanto a la Junta Central Electoral, los favorecidos fueron los integrantes de la anterior Cámara Contenciosa, que demostró con creces, durante las gestión de los reclamos postelectorales, su incondicionalidad ilimitada a los intereses políticos de Leonel Fernández. Esa misma Junta será la encargada de garantizarle al Presidente de la República la aprobación de un referendum favorable a sus ambiciones continuistas. Ya se iniciarion las consultas.
Habrá dominicanos sensatos, con autoestima y orgullo, que se presten a ser cogidos de mojiganga presentandose para ser evaluados como posibles integrantes del Tribunal Constitucional y del Tribunal Superior Electoral?
Todo parece indicar que la nueva Constitución fue creada para satisfacer la egolatría de un nuevo caudillo, no para contribuir al sentar las bases de un estado social de derechos. Como expresa un dicho popular, "La enfermedad no está en la sábana". Los dominicanos contamos con una profusion de leyes concebidas para transparentar el ejercicio del poder politico en todos sus aspectos, incluyendo el acceso a la información y la transparecia en el uso de los recursos públicos. Cada vez que surge una necesidad, real, aparente o ficticia, se resuelve con una nueva legislación, pero no hemos tenido un Presidente con la voluntad política para hacer las cosas bien hechas.
Todavía estamos esperando el Reglamento para aplicar la Ley de Emigración, a pesar de que la ley fue promulgada en el 2004; los mismos legisladores y el mismo presidente de la República que en el 1997 apadrinó la ley que otorga el 4% de Producto Interno Bruto para la educación, y que hace unos meses ratificaron constitucionalmente ese compromiso, echan su promesa en saco roto, y hacen caso omiso a un reclamo apoyado por el 91% de la población
Por qué Leonel no le hace caso a ese clamor popular? Simplemente porque no le interesa en absoluto la educación del pueblo. El sabe que gobierna gracias a la ignorancia de un ciudadano que se ha mostrado incapaz de discernir sobre sus propias conveniencias.
PRO JURIS CAUSA aboga por un estado de Derecho, con instituciones dirigidas por hombres y mujeres que sólo se sientan obligados a respetar los postulados de la Constitución y de las leyes, no por simuladores interesados únicamente en guardar las apariencias.
Este espacio estará al servicio de esa causa, y a favor de un cambio político que lleve a las posiciones de poder a personas honestas y aptas para servir la causa de la nación, no la ambición personal de quienes se aprovechan de la cosa pública para servir fines particulares.
Deseamos a todos los dominicanos inconformes con la administación del corrupto PLD, que estos días finales del 2010 le sirvan para reflexionar profundamente sobre la necesidad de construir un propuesta política capaz de dar al traste con el afán continuista de Leonel Fernández.
Y felicitamos efusivamente a los meritorios jóvenes que organizaron, aprovechando las redes sociales, el 4% amarillo. Ellos han trazado el camino a seguir. Exhortamos a la clase media a ponerse al frente de movimientos políticos que compartan la necesidad de salir de Leonel Fernández.
Esa es nuestra realidad. Pero tenemos que insistir en la realizacion de planes y acciones que mantengan encendido el ánimo de cambios profundos.
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