El Consejo Nacional de la Magistratura se aboca a evaluar a los jueces que integran la Suprema Corte de Justicia. Nuestro más alto tribunal está representado en ese órgano por dos excelentes magistrados: Jorge Subero y Víctor Castellanos. Los honorables magistrados de la SCJ que cumplieron 75 años no serán evaluados, pues por disposiciones constitucionales ya sobrepasan la edad para seguir desempeñando el cargo; no obstante, no hay límites de edad ni impedimento físico para ejercer la Presidencia de la República, el más alto cargo de la República, y el Dr. Balaguer, nonagenario y ciego la ejerció e intentó ejercerla vitaliciamente. Son las paradójas de nuestra gran nación, pues resulta inexplicable que en un momento en que la sociedad dominicana sufre una grave crisis de valores, caracterizado por el auge de la criminalidad y el afán de enriquecimiento ilícito, en que los delincuentes son cada vez más jóvenes y perversos, echemos por la borda la insustituible experiencia de las personas que más necesitamos para evitar el colapso definitivo. En el ejercicio del derecho y en la administración de justicia la experiencia tiene más valor que la ciencia, la tecnologia y la técnica. Un juez viejo y bueno debe estar en el cargo mientras sea capaz de ejercerlo.
En la justicia dominicana hay un antes y un después, fruto de la reforma constitucional del 1994. Nunca antes el Poder Judicial se había mostrado tan accesible, transparente y efectivo. Durante 15 años ha tenido un gerente excepcional en el magistrado Jorge Antonio Subero Isa.
Si tomamos en cuenta que la actual SCJ encontró diez años de atraso en la publicación del Boletín Judicial, tribunales destartalados y sin equipos, un personal desmotivado, una mora colosal, un sistema corrompido hasta el tuétano, un desfase tecnológico abismal y un Poder Judicial que de poder solo tenía el nombre, podríamos justipreciar el esfuerzo realizado por los hombres y mujeres que integran la Suprema Corte de Justicia, que han satisfecho con creces las espectativas de la reforma.
Nunca antes habían estado los jueces tan vinculados a la sociedad en sentido general, y a las organizaciones más representativas de la sociedad civil, así como al mundo jurídico iberoamericano, y como es natural a la madre patria de nuestras raices juridicas: Francia.
El prestigio de la SCJ trascendió las fronteras nacionales, y la reforma judicial dominicana, bajo la égida de Subero Isa, ha sido tomada como modelo por otras naciones del continente americano. El intercambio de ideas con los tribunales supremos del mundo iberoamericano ha sido dinámico y enriquecedor. El pensamiento jurídico dominicano, anquilosado por su aislacionismo sistemático, se ha actualizado; durante la administración de Jorge Subero Isa, los intercambios con las figuras más prominentes y representativas del pensamiento jurídico contemporáneo se han convertido en acontecimientos rutinarios, pues la Suprema se ha encargado de que todos los actores del sistema adquieran conocimientos que les permita superarse, y simultáneamente estar al tanto de lo que sucede en el ámbito jurídico , conocer donde nos encontramos ahora en materia de impartir justicia, cuales son las debilidades de nuestro sistema, los retos que debemos enfrentar y superar, y hacia donde debemos orientar los próximos pasos para que no desfallezca el espíritu de la reforma.
No hay un solo tribunal del país, un rinconcito de esta tierra, donde la Suprema Corte de Justicia no haya estado presente, positivamente, para bien de la sociedad dominicana; si existe una institución en la República Dominicana, hay que buscarla en la justicia.
Basta con echar un vistazo a la Jurisdicción Inmobiliaria, que de un leprocomio judicial se convirtió en una jurisdiccion modelo en su género, y cada día se consolida como garante del constitucional derecho a la propiedad.
Jorge ha sido accesible a grado extremo, en todos los momentos, aún en aquellos en que la percepción popular no es favorable a la "justicia", entre comillas, pues todavía hay una gran parte de la población que las malas actuaciones del ministerio público y sus auxiliares, entre ellos la Policía Nacional, se los endilga a la "justicia".
No obstante el encomiable esfuerzo del Poder Judicial, los jueces han visto descender su calidad de vida, y en los últimos cinco años no han recibido ni siquiera la indexación salarial que les permita sufragar necesidades elementales; lo mismo sucede con los empleados; pero, la motivación y el esmero para atender a los usuarios con prontitud y eficacia se mantiene, gracias a que el Presidente de la SCJ predica con el ejemplo.
¿ Alguien ha visto a Jorge descompuesto, ofensivo o malhumorado alguna vez? Ha sabido capear con buen talante todos los temporales, y ni siquiera las reiteradas frustaciones presupuestarias, nacidas en el incumplimiento de la ley a iniciativas del Poder Ejecutivo y apoyada por el Poder Legislativo, le ha afectado. A quienes sí ha afectado la mezquindad presupuestaria es al pueblo dominicano, pues jurisdicciones cuya demografía necesita urgente la creación de salas civiles y penales, como sucede en la Provincia Santo Domingo, no tienen capacidad para impartir justicia, pues la demora en obtener un fallo la torna incalcansable. Asimismo muchos proyectos han quedado en carpeta, pues las nuevas cargas fijas creadas por legislaciones que imponen a la SCJ atender económicamente órganos hijos de la Constitución del 26 de enero del 2010, como lo es el Consejo del Poder Judicial, consumen y agotan sus recursos. Lo increible es que el Poder Judicial siga funcionando con el mismo presupuesto de hace 5 años, mientras senadores y diputados, tan solo de los privilegios derivados del "barrilito", reciben mas dinero que el presupuesto judicial.
No obstante, el compromiso con la calidad del servicio y el respeto a la dignidad intrínseca al ser humano, aunque ese hombre o mujer sea un desalmado delincuente, hace que la gerencia del Poder Judicial mantenga en condiciones óptimas, o al menos aceptables, los templos donde se imparte justicia, que es la tarea más cómpleja, difícil e ingrata de cuantas se ejercen en la tierra, pues la mitad de los usuarios siempre reaccionará inconforme con los jueces, que no son ni pueden ser simpáticos ni contemporizadores, porque están sometidos al imperio de la Constitución y de las leyes, dando a cada cual lo que es debido, y en ocasiones hay que dar treinta años en La Víctoria, como también hay que deportar a un extranjero o a un criollo, que a fuerza de repartir dádivas se convierten en mecenas y en la adoración de su entorno.
Con Jorge Subero la justicia dominicana adquirió importancia internacional, y la confianza que inspira ha motivado a organismos internacionales a suscribir importantes acuerdos, así como a financiar algunos proyectos consustanciales a la reforma judicial, cuya debilidad atentaba contra la seguridad jurídica nacional, y la confianza necesaria para atraer empresarios extranjeros que inviertan en nuestra economía. Si la República Dominicana no ha sucumbido a las crisis económicas que han abatido al mundo en los últimos diez años, se debe a la justicia dominicana, cuya estelar participación en el juzgamiento de los banqueros que propiciaron la crisis del 2003, le demostró a los más incrédulos que al Poder Judicial dominicano no le tiembla el pulso ni se prosterna ante los poderosos. Las sanciones que se impusieron contribuyeron a proyectar una buena imagen del país y demostró que los jueces los dominicanos están aptos para impartir justicia, sin temor ni favor.
Jorge asumió el cargo con el beneplácito y apoyo de las organizaciones de la sociedad civil más emblemáticas, y si su gestión no hubiese sido castrada económicamente, ex profeso, los dominicanos tuviéramos un Poder Judicial consolidado, más eficaz y superinstitucionalizado, pero parece que no todos los dominicanos poderosos quieren un Poder Judicial fuerte, independiente e imparcial.
Mucha gente se hace la pregunta si Jorge se queda o si se va, si seguirá siendo el Presidente o simplemente un juez más de la SCJ. Jorge Antonio Subero Isa es sobre todo un hombre de principios, consciente de su papel y de lo que representa para la parte buena de la sociedad dominicana; es un ser humano humilde, muy humano, sensible y familiar. Nunca ha dejado que se le suban los humos a la cabeza, y quienes le conocen y lo han tratado durante muchos años, confirman que es una persona de una sola cara. Por esas cualidades, a Jorge le dará lo mismo presidir la SCJ, una de sus tres cámaras o simplemente integrar cualquiera de ellas.
Independientemente de la decisión que adopte Leonel Fernández, que es la persona que tiene el poder para decidir quienes serán los jueces de los tribunales superiores, la estatura de Jorge Subero Isa ya tiene connotaciones históricas, que trascienden la importancia del cargo, por lo que la valoración del Presidente de la Suprema Corte ni aumentará ni disminuirá un ápice con la decisión que adopte el Consejo Nacional de la Magistratura.
Jorge ha sido y es un hombre frugal y de carácter bien templado; fuera de la Suprema le lloverán tentadoras ofertas, dentro y fuera del pais; por su idiosincracia y temperamento se adaptará rápido y sin trauma a lo que le depare el futuro, y seguirá siendo amigo de sus viejos amigos, y respetuoso con sus detractores. Lo que no lo verán es mendigando una posición o una privilegio. Si se va, como es un hombre de principios, que se respeta, hasta los obsequios que ha recibido como Presidente de la SCJ pasarán al patrimonio del Estado, pues el nació para vivir
conforme con lo que Dios le brinde cada día; seguirá siendo solidario con quien solicite su ayuda, y cualquier contrariedad la recibirá con una sonrisa a flor de labios. El recibió de su familia, en especial de su tía-madre Titina, una formacion en valores genuinos, y esos valores se han ido consolidando hasta formar un blindaje impenetrable. ¿Quién ha osado atribuir a Jorge un acto de corrupción?Nadie ha sido más transparente en el uso de los dineros públicos, y ningún incumbente de función pública ha sido tan meticuloso y constante en la publicación de los estados financieros del órgano que administra. En un país que para los organismos internacionales, y la percepción de la mayoría del pueblo dominicano, el robo al erario público, la sustracción camuflada de recursos a través de obras del Estado, el nepotismo, el tráfico de influencia, el favoritismo y otras lacras propias de las sociedades corrompidas y sin instituciones, es una actividad cotidiana y rampante, encontrar un hombre honesto a carta cabal, no es tarea sencilla. Por eso, Jorge Antonio Subero Isa es el mejor referente de los principios y los valores morales y éticos en la sociedad dominicana contemporánea.
Posiblemente su verticalidad, su apegado a la moral y a la ética, su acendrado amor al trabajo honrado, y su fidelidad a la visión y misión que el mismo impuso a su administración, le hayan generado adversarios gratuitos, pues en los regímenes corrompidos, el Principe, para estar tranquilo, prefiere rodearse de ladrones.
A su edad, y por su estilo de vida, es un hombre muy joven aún, que puede dar mucho a la patria, pues la reforma judicial necesita de nuevos impulsos; ha logrado rodearse de un equipo de colabores excelentes, proactivos y armónicos, y ha sabido llevarse muy bien con todo el mundo, lo que es una cualidad imprescindible para que un equipo trabaje con efectividad y eficacia.
Si el Consejo Nacional de la Magistratura actúa con sabiduría, se abocará a ratificar a Jorge Subero Isa como Presidente de la Suprema Corte de Justicia por un nuevo período, y a sustituir a los jueces que pasarán a retiro, así como a los que partieron, por jueces de carrera, que los hay muy buenos y de todos los partidos en todas las instancias judiciales.
Pro Juris Causa espera que se imponga la sensatez y el sano juicio, y que el Espíritu de Verdad ilumine la mente y oriente a quienes tienen la delicada tarea de legarnos la mejor Suprema Corte de Justicia posible.
Con Jorge Subero Isa en la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia, gana la República Dominicana.
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