jueves, 5 de enero de 2012

OCOA: EN LA RUTA DE LOS SISMOS

De los fenómenos telúricos ninguno causa más aprehensión y pánico que un temblor de tierra. Nadie está preparado para permanecer impávido ante la sacudida de la Madre Tierra, que sin avisar, de buenas a primeras, se sacude con ganas.

Desde el miércoles, apróximadamente a las 5:30 a.m., la falla de Ocoa ha estado activa en diferentes puntos, y tras la violenta sacudida matutina se han estado produciendo réplicas, una de las cuales tuvo su epicentro en las cercanías de la Presa de Jiguey.
Debemos sentirnos regocijados de que la energía acumulada se haya liberado sin causar víctimas y sin graves estragos, pues el agrietamiento del terreno y algunas infraestructuras es recuperable.
Hace 50 anos que la falla de Ocoa no se activaba con tanta intensidad, pues el último gran sismo ocurrió el 8 de enero del 1962, y su intensidad superó los 6 grados richter. En aquella ocasión se produjo un gran agrietamiento en la zona de La Labranza, donde se encuentra hoy el sector sur de la Avenida Canadá, y algunos edificios sufrieron daños considerables en su estructura, entre ellos el Banco Agrícola, la Escuela Luisa Ozema Pellerano y el Palacio Municipal
En el 1962 hubo una víctima fatal, que resultó ser una niña que dormía plácidamente y fue aplastada por una enorme roca que se desprendió e impactó una vivienda ubicada en lo que es hoy la entrada del Barrio San Luis. La roca se encontraba en el borde de un promontorio, y fueron muchas las advertencias de personas sensatas para que la comunidad se las ingeniara para evitar que el eventual desprendimiento de la roca causara daño. Las advertencias cayeron en saco roto, y el 8 de enero del 1962, aproximadamente a las 7: p.m sucedió la tragedia.
Dentro de dos días se cumpliran 50 anos del suceso, que enlutó al buen amigo Confesor, hermano de Bruno, hijos de Mercé... que vivió durante mucho tiempo en el sector denominado El Rastrillo, en la calle Luperón.
Relatamos este triste episodio para llamar la atención de todos los que habitan en la Provincia de SanJose de Ocoa: OCOA ESTA EN LA RUTA DE LOS SISMOS, y periódicamente será sacudido por un brusco movimiento telúrico.
Hubo un terremoto extremadamente poderoso, que la historia no registra, cuyas fatales consecuencias nos ha sido legada por los vestigios de leyendas recogidas por los colonizadores, de boca de los indígenas que hablan de una numerosa población que vivía a orillas de un gran lago, en lo que hoy es Rancho Arriba, y que fue destruida y sepultada en un santiamén, por uno de los sismos más intensos que ha sufrido la isla.
Siempre, tras un sismo de considerable magnitud, como el que acaba de ocurrir, se producen múltiples réplicas, como si la tierra, tras la brusquedad, intentara acomodarse de nuevo a su antigua posición. Habrán más sacudidas, y la única alternativa es adoptar todas las previsiones que la prudencia aconseja: Conservar la calma, y ante cualquier sacudida brusca tenderse en el piso al lado de una cama, una mesa, un sofá, etc. en busca de un hueco eventual, en caso de que colapse el techo o una pared, que al caer forme un "triángulo" con el objeto a cuyo lado se ha buscado refugio. De vez en cuando no está demás que se organicen simulacros, para que la reacción ante un sismo sea espontánea. Salir a la calle a alarmarse creea un estado de pánico colectivo inncesario.
Como el material rocoso en la zona de Ocoa es como el cazabe y tiende a desmoronarse, los deslizamientos de rocas sueltas constituye un riesgo para conductores y transeúntes, y deben extremar precauciones; como el desprendimeinto de rocas en el trayecto de la la carretera Ocoa -Cruce de Ocoa, y en las vias secundarias, es frecuente, resulta pertinente que algún personal adiestrado supervise cada cierto tiempo los lugares de frecuentes desprendimientos; lo mismo deben hacer las familias que por necesidad han construido sus viviendas en lugares inapropiados.
Es mejor precaver que tener que lamentar, y las autoridades debianprestar atención a la zona de La Vigía y otras similares, pues algunas viviendas, por su ubicación, constituyen un riesgo eventual para las que se encuentran en la parte inferior de la colina; la erosión causada por las frecuentes lluvias podría haber creado peligros latentes, representado por rocas sueltos o terrenos proclives a deslizamientos.
Los profesores deben ser adiestrados para auxiliar a sus discípulos en caso de cualquier evento sísmico; pero lo más importante es aprender a convivir con el fenómeno y vivir sin miedo, pues la vida siempre es una hermosa aventura, y hay que vivirla sin temor.
Prepárense para disfrutar sus Fiestas Patronales, que el próximo gran sismo llegará en 50 años.

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