domingo, 10 de junio de 2012

POR UN GOBIERNO MAS CHIQUITO Y MÁS BARATO

Durante los últimos ocho años los dominicanos hemos soportado cinco reformas fiscales, y el gobierno ha incrementado sus recaudaciones en grandes proporciones; por cada galón de gasolina pagamos 70 pesos de impuestos y cuando compramos una tarjeta de llamada de 100 pesos el Estado se queda con 28 pesos; por el consumo de bienes industrializados pagamos un 16% de carga fiscal y también pagamos  los servicios públicos más caros y deficientes de la región.

Sin embargo, lo que producen los impuestos internos, las recaudaciones de aduanas y las tasas por servicios públicos fueron insuficientes para sufragar los gastos del gobierno, que  a través del endeudamiento público, externo e interno,  buscó el dinero  para completar sus gastos. Leonel endeudó el país hasta la coronilla, y los cuantiosos gastos de la campaña electoral han dejado exhaustas las arcas del Estado.

Danilo Medina hereda ese déficit fiscal, y parece que iniciará su mandato imponiendo una nueva reforma fiscal, que siempre se traduce en más impuestos y menos dinero en los bolsillos de la clase media. 

Organizaciones bien acreditadas como lo es el Foro Económico Mundial, afirman que el gobierno del PLD  ha incurrido en el desvío masivo de fondos públicos, depositados en bancos extranjeros o camuflados en empresas dedicadas a todo tipo de negocio, principalmente el de la construcción. Transparentar el gasto público y disminuir la corrupción será uno de los grandes retos del nuevo gobierno. Esperamos que también persiga a los funcionarios corruptos y que el Estado, en su gobierno, recupere lo que se robaron los funcionarios del PLD, y también lo que se robaron funcionarios de gobiernos anteriores.

La biblia dice que así como es el jefe de un gobierno, así son los ministros. Si el jefe es frugal, comedido, honesto y transparente, sus ministros imitaran esas cualidades. Por eso las expectativas de todos los dominicanos está atenta a la designación de las personas que designará Danilo para sustituir a los ministros de Leonel Fernández. Tiene que comenzar barriendo en la administración pública para enviar una señal positiva, y abstenerse de nombrar funcionarios que se hicieron millonarios en el gobierno de Leonel Fernández y no tienen como justificar sus fortunas.

Todos los programas de austeridad anunciados por el presidente Fernandez  fracasaron; su política clientelista  se encargó de hacerlos fracasar, pues la necesidad de repartir alpiste entre sus numerosos aliados lo llevó a hipertrofiar la nómina pública, alcanzado cifras exhorbitantes en funcionarios inorgánicos, incluidos 354 viceministros que cobran sin rendir ninguna labor y un cuerpo diplomático con más empleados que los los Estados Unidos. Racionalizar la administración pública impone a Danilo Medina reducir drásticamente la plantilla de funcionarios inorgánicos y eliminar la nómina parasitaria del Ministerio de Relaciones Exteriores. El presidente electo prometió que en su gobierno los embajadores no serán turistas y que tendrán que demostrar con hechos los frutos de su trabajo, sobre todo en la creacion de oportunidades para el intercambio comercial y el incremento de las exportaciones dominicanas. Suponemos que  embajadores que desempeñen sus funciones al estilo Cesar Medina no tendrán cabida en su gobierno.

A Fernandez le fascinó lo grandioso, lo macro y rimbombante, y hace alarde de ello  pues le agrada el teatro y sabe como deslumbrar y enceguer con las candilejas del poder a las personas ingenuas y sin capacidad para discernir ni siquiera sus propias conveniencias. No queremos más Nueva York chiquito, y nos conformaríamos con un gobierno sensible a las calamidades de los habitantes de las comunidades económica y socialmente más deprimidas del país. La miseria bochornosa que bordea las carreteras que conducen a todos los pueblos del sur dominicano nos estruja en la cara la indolencia de nuestros gobiernos. Esperamos que la inteligencia del gobierno de Danilo Medina se concentre en rescatar de la pobreza a las comunidades marginadas, y comenzar por el sur no es mala idea, pues en el mapa de la pobreza dominicano ocupamos el primer lugar. 


Otro asunto irritante conque tendrá que lidiar Danilo Medina en la injusticia salarial y el pluriempleo camuflado. Ahora tenemos  mega ministros que también forman parte de Directorios, Consejos de Adminsitracion, Consultorias, etc. en instituciones autónomas y descentralizadas del Estado, ejerciendo labores por la que no reciben salario, sino una "compensación" económica, incrementado sus ingresos, a cargo del erario público, en cifras que superan los dos millones de pesos mensuales. Mientras eso sucede, la mayoria de los empleados públicos apenas ganan el equivalente a una cuarta parte del costo de la canasta familiar básica.

El Estado Dominicano, bajo la administración de Leonel Fernández, se encargó de profundizar la injusticia social y la brecha entre ricos y pobres; creó una casta de burócratas enriquecidos a costa del dinero del pueblo, cuya riqueza se ha multiplicado haciendo negocios con el Estado. Hasta el 1982 la escala salarial entre los empleados público variaba en la proporción de 1 a 10, correspondiendo al empleado de menos categoría el 10% del salario más elevado dentro de su organismo. Ahora la proporción es de 0.1 a 10, o menos. 

Si Danilo quiere corregir lo que está mal hecho tendrá que ordenar una auditoria financiera a todas las obras públicas construidas en el gobierno de Leonel Fernández, que incluye las obras construidas o supervisadas por Felix Bautista, la empresa Oderbretcht, Victor de la Rúa, Manuel Estrella y un largo etcera. Solo la carretera Jarabacoa-Constanza costó tres veces más que lo presupuestado. Otro asunto que requiere aclaración lo es el contrato de la Sund Land.  Esperamos que designe una comisión técnica donde estén incluidas organizaciones de la sociedad civil y partidos de la oposición.

Podemos tener un gobierno más chiquito, barato y efectivo, si Danilo Medina designa funcionarios comprometidos con la honestidad y la transparencia.  Los dominicanos estamos esperando, desde el 27 de febrero del 1844, un gobierno que haga lo que nunca se ha hecho: gobernar para el bienestar de la mayoría.
Si reduce el clientelismo habrá dinero sin necesidad de crear más impuestos, pero si Danilo hace lo que nunca se ha hecho, centraría su reforma fiscal para que afecte a los ricos del país, que con el 10% de la población se chupan más del 50% de la riqueza que produce el país.  Como hará lo que nunca se ha hecho, es una forma de empezar a identificarse con sus orígenes, pues el que nació y sobrevivió en un lugar tan agreste y pobre como Arroyo Cano, si es sensible, tiene que tener cicatrices hasta en los pliegues del alma.

Corregir lo que está mal es buena idea. La Super Intendencia que dirige el sector eléctrico tiene 7 consejos integrado por 49 parásitos que se chupan todos los meses varios millones de pesos. Reduciendo el número de consejos a uno, con siete miembros, es suficiente, pues hasta ahora, por los resultados, sus frutos han sido escasos. 

Danilo Medina prometió instituir la tanda única. Por ahora nos conformamos que haga lo que se hace en otros países: A todos los estudiantes del sector público entregarle gratuitamente una mochila con todos los útiles escolares, y a partir del octavo grado dotar a cada alumno de una laptop e internet gratuitos. Eso hizo el presidente José Mujica en Uruguay, y a nosotros nos hace mas falta, que estamos a una distancia de 90 años con relación a Uruguay en materia educativa.


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