El primer reconocimiento internacional que recibió el ex presidente Leonel Fernández, tras abandonar el poder, provino de la Barry Gold, la minera canadiense favorecida por su gobierno con el contrato más leonino de la historia minera dominicana. Tan pronto asumió la Presidencia de la República, que es el único poder del Estado Dominicano, pues el legislativo y el judicial funcionan como órganos apéndices, cuya misión consiste en refrendar las iniciativas del ejecutivo, incluyendo la garantía de impunidad para los favoritos del presidente de turno, el presidente Danilo Medina denunció el abusivo contrato y tras una enconada resistencia de la minera, las partes conciliaron una modificación contractual más favorable para los dominicanos. En el contrato suscrito por Leonel Fernández, la Barry Gold comenzaría a pagar impuestos en el 2016 (cuando él, según sus cálculos, volviera a ocupar la Presidencia de la República.
Mientras el presidente Danilo Medina y sus colaboradores presionaban a la Barry Gold, el ex presidente Leonel Fernández cerró filas con la minera, llegando a presentarse al campamento de Pueblo Viejo para defender su contrato. Algo nunca visto en los anales de la política dominicana, pero que sucedió y los medios se encargaron de reseñar la noticia, que conviene refrescar de vez en cuando para que el pueblo NO OLVIDE la naturaleza mutable del camaleón Fernández.
En estos días se desarrolla la instrucción del caso de corrupción más sonado de la República Dominicana en sus 170 años de independencia. Se trata nada más y nada menos de un personaje que el propio Leonel Fernandez bautizó como su hijo político, y que se estrenó en la arena internacional con un turbio negocio en el que participo la enpresa Sund Land, y que endeudó al Estado con 130 millones de dólares sin que los dominicanos vieran un centavo de ese dinero, y que al decir de los que dieron seguimiento a la deuda, fue a parar a las cuentas bancarias de empresas vinculadas a Felix Bautista.
El juicio preliminar a los méritos de la querella presentada contra Bautista es una especie de sainete político, un montaje cuya finalidad es presentar al presidente Medina como un abanderado de la lucha contra la corrupción, y de paso echarle lodo a la gestión de Fernández.
Actualmente Felix Bautista es el Secretario de Organización del Partido de la Liberación Dominicana y Senador de la República, que según sus acusadores, amasó una fortuna que supera los 14 mil millones de pesos. En un país donde el incremento de la pobreza ha sido una de las constantes paradógicas del crecimiento económico, durante los gobiernos encabezados por Fernández y Medina, y en el que el 80 por ciento de los trabajadores perciben salarios por debajo de los 10 mil pesos, el ingeniero Bautista vio crecer su economía 6 millones, 392 mil 694 pesos en cada uno de los 2190 días que desempeñó su cargo.
Felix Bautista ha sido señalado como una de las alcancías de Leonel Fernandez, quien en los últimos días ha sido el blanco de las denuncias de un confeso narcotraficante deportado a los Estados Unidos, Quirino Paulino, quien para aligerar su pena se ha convertido en un soplón, cuyos vientos han alborotado el duro pelo del ex presidente Fernandez.
Segun el erudito Euclides Gutiérrez Feliz, reconocido intelectual y alto dirigente del PLD, el capo Quirino es la punta de lanza de un ataque dirigido por Estados Unidos en contra de las aspiraciones de Leonel Fernandez, mientras éste se defiende con el argumento que se trata de la reacción del narcotráfico internacional, dolido por el combate frontal del ex mandatario en contra del flagelo. ¿A quién creemos?
Una mirada retrospectiva de las estrechas relaciones de Leonel Fernández con personajes vinculados al narcotrafico internacional que hicieron negocios en su gobierno, y fueron favorecidos con dispensas excepcionales, desmienten al ex presidente Fernández
Dos de los casos más sonados se produjeron después de la deportación de Quirino, uno de ellos vinculado a un ganster español, cuyo prontuario criminal era muy abultado antes de llegar a la República Dominicana: el capo Arturo del Tiempo. Al don español le abrieron las bóvedas del Banco de Reservas, el banco comercial del Estado Dominicano, cuyo administrador obedece perrunamente las órdenes del Presidente de la República.
Sin ningún aval, Arturo consiguió créditos y se dedico al negocio inmobiliario. Para economizarle molestias, el español fue incorporado como oficial honorífico de la Policía Nacional, y en una ocasión que inspectores detectaron 980 kilos de cocaína, en un furgón cargado de mármol y yeso a cargo del señor del Tiempo, los cancelados fueron los inspectores, por metiches.
El Don Arturo se paseaba por los salones del palacio de gobierno como Pedro por su casa, y hasta se fotografió en compañía de Don Arturito, su hijo, con Leonel Fernandez, quien para enaltecer las iniciativas inmobiliarias de su amigo, simbólicamente agarró un pico y lo clavó en el lugar donde se levanta la suntuosa Torre Atiemar. En esa ocasión Fernández destacó que la presencia en el país del don Arturo era muestra de la confianza que tenían en el país los empresarios extranjeros.
Arturo fue atrapado con las manos en la masa por la autoridad española, que le capturaron 1200 kilos de cocaína procedentes de República Dominicana. Se estima en aproximadamente en 130 mil kilos la cantidad de cocaína exportada por del ¨Tiempo en los dos años que duró su operación.
Otro vínculo muy estrecho y en diferentes escenarios, posterior a la deportación de Quirino, fue el que estableció el presidente Leonel Fernández con Nelson Mauricio Solano, bautizado como el Zar de la Cocaína.En noviembre del 2011 Nelson Mauricio fue sentenciado en Estados Unidos. Cuando se conocía el proceso de extradición en la Suprema Corte de Justicia, la defensa de Nelson, para justificar que se trataba de una confusión y que el señor Solano era un prospero empresario, que en esos momentos tenía a su cargo un conjunto de obras vitales para desarrollar el país, entre ellas obras de infraestructuras, algunas tan ambiciosas como la modernización del Puerto de Manzanillo y la instalación de una terminal de gas destinada a alimentar un mega complejo energético, otorgadas de grado a grado por el Estado Dominicano, subrepticiamente, pues nadie conocía de esa operación. En conjunto, eran quince obras que superaban los 5 mil millones de dólares. En nuestro país, y posiblemente en ningún país del mundo, nadie da tanto a cambio de nada. Esos detalles no pasan desapercibidos para los ciudadanos que tienen dos dedos de frente, y mucho menos para la inteligencia que dirige los órganos del imperialismo. Las agencias dominicanas encargadas de la investigación y persecución de la actividad criminal, siempre se han detenido ante ciertos intereses creados. Los investigadores dominicanos, como en las viejas películas seriadas, cortan la acción en el momento de mayor suspenso... y cuanto la profundización de la investigación está a punto de dar un jaque mate al crimen organizado... ¡fuá! ¡Corten!
Ahora también vamos a cortar. Muchas voces influyentes se han unido para descalificar la denuncia de Quirino, "por que se trata de un deleznable criminal". Hasta una ONG influyente, que se nutre del generoso patrocinio de un poderoso banco comercial, sostiene que a ese tipo de declaraciones no se le hace caso. Tal apreciación carece de lógica, pues los grandes golpes al crimen organizado, incluyendo a la poderosa mafia siciliana, han sido posible gracias a la colaboración de soplones. Quirino es un soplón, y sus ráfagas fueron directas a Leonel Fernández, pero mencionó a Luis Gutierrez, Margarita Gómez, Felix Bautista, una planta eléctrica que costó 7 millones de pesos, comprada con dinero del narcotráfico, donada a Funglode, etc. ¿Acaso no hay en esos detalles suficiente información para iniciar una investigación "objetiva e imparcial", o es que, como dijo Hipólito Mejía, a los presidentes no se les debe tocar ni con el pétalo de una rosa. Si el país sigue teniendo MIEDO A LA VERDAD, nuestras días como nación organizada están contados.
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